La sedestación en el desarrollo infantil
La sedestación es un hito importante en el desarrollo psicomotor de los bebés. Se refiere a la capacidad de sentarse y mantenerse en esa posición sin necesidad de apoyo. Suele darse entre los 6 y 9 meses de edad, aunque cada niño tiene su propio ritmo.
¿En qué consiste la sedestación?
La sedestación es la posición de estar sentado. El bebé empieza a desarrollar los músculos del cuello, la espalda y el abdomen para poder mantenerse erguido y sin apoyo.
Al principio el bebé sólo es capaz de estar sentado pocos segundos. Necesita usar las manos para mantener el equilibrio. Poco a poco va fortaleciendo su musculatura y logra estar más tiempo sin ayuda.
Los hitos previos a la sedestación son:
- Control cefálico: capacidad de mantener la cabeza erguida.
- Volteos: girarse de boca arriba a boca abajo y viceversa.
- Incorporarse estando boca abajo.
Una vez que el niño está preparado, pasará por diferentes etapas:
- Sedestación en trípode: usa las manos como apoyo entre las piernas flexionadas.
- Sedestación en anillo: se sienta con las piernas flexionadas y sin apoyarse con las manos.
- Sedestación completa: se incorpora desde boca abajo y se sienta con las piernas estiradas.
Beneficios de la sedestación
Que el bebé logre sentarse por sí solo tiene numerosos beneficios para su desarrollo:
- Favorece la tonificación muscular de espalda y abdomen.
- Mejora el control postural y la coordinación.
- Incrementa su campo visual al cambiar la perspectiva.
- Desarrolla habilidades manipulativas al liberar sus manos.
- Fomenta la curiosidad y las ganas de explorar su entorno.
- Facilita la interacción y socialización con otras personas.
- Previene deformidades musculoesqueléticas.
- Mejora la respiración y la deglución.
Cómo estimular la sedestación
Aunque la sedestación se adquiere de forma natural, los padres pueden realizar algunas actividades para facilitarla:
- Acostar al bebé boca abajo para que fortalezca la musculatura cervical y dorsal.
- Sentarlo en el regazo e ir retirando el soporte progresivamente.
- Usar almohadas alrededor para darle estabilidad cuando empiece a sentarse solo.
- Motivarlo con juguetes y objetos llamativos para que se estire y los alcance.
- Dejarlo en una manta con juguetes para que intente incorporarse.
- Felicitar sus avances para reforzar positivamente sus logros.
Cuándo consultar al pediatra
Lo normal es que los bebés adquieran la sedestación entre los 6 y 9 meses. Si a los 10-12 meses aún no se sienta, conviene acudir al pediatra para descartar posibles problemas de desarrollo.
El especialista valorará al niño y determinará si requiere de algún tipo de terapia o estimulación extra para fortalecer su musculatura. Cada bebé tiene su ritmo, por lo que no hay que angustiarse.
La sedestación es un indicador clave del progreso motor. A partir de aquí, el bebé seguirá evolucionando hasta ponerse de pie, gatear y finalmente caminar. Celebrar cada nuevo logro contribuirá a potenciar la autoestima y seguridad del niño.